
Responsable de comunicación en Indomio España
Reutilizar la leche caducada para las plantas es una práctica interesante, sobre todo desde la perspectiva de la lucha contra el desperdicio. La idea de utilizarla como abono natural surge del intento de reducir el desperdicio alimentario ofreciendo una segunda vida a un producto que ya no es apto para el consumo. A pesar de que la leche contiene sustancias potencialmente útiles para las plantas, como calcio, proteínas y nitrógeno, los expertos siguen divididos: los beneficios no siempre están garantizados y un uso inadecuado puede conllevar más riesgos que beneficios.
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La leche de vaca está compuesta por nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas. En particular calcio, proteínas y un pequeño porcentaje de nitrógeno. El calcio es esencial para la formación de las paredes celulares de las plantas, mientras que el nitrógeno es un elemento clave para el crecimiento de las hojas. Sin embargo, la cantidad de nitrógeno de la leche es inferior a la que contienen los abonos específicos disponibles en el mercado. Por consiguiente, aunque la leche tiene cierto potencial fertilizante, no puede garantizar una nutrición completa o equilibrada.
Aunque se cree que la leche caducada puede nutrir el suelo, no hay que subestimar los riesgos asociados a su uso. La leche alterada puede contener bacterias dañinas y microorganismos patógenos, potencialmente perjudiciales para las raíces. Además, la fermentación de la leche puede generar malos olores y atraer insectos no deseados o animales molestos, creando desequilibrios en el ecosistema del jardín. En algunos casos, la presencia de estos microorganismos también puede provocar podredumbre o infecciones en las raíces.
Según algunas investigaciones agronómicas, la leche diluida en agua podría ayudar a prevenir enfermedades fúngicas, como el oídio, debido a la presencia de microorganismos beneficiosos capaces de competir con los patógenos. Se ha observado, en particular, que una mezcla de agua y leche puede favorecer la proliferación de bacterias beneficiosas en las hojas, mejorando la resistencia de las plantas. Los experimentos también han demostrado que el uso de leche en las hojas puede ahuyentar plagas como los pulgones. Sin embargo, estos resultados son variables, dependiendo del tipo de planta, las condiciones ambientales y la frecuencia de uso.
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A pesar de algunas ventajas, la leche no puede considerarse una alternativa a los abonos formulados para uso agrícola o doméstico. Los fertilizantes del mercado están diseñados para proporcionar un aporte preciso y equilibrado de nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes clave como el hierro, el manganeso y el zinc. Estos productos están diseñados para satisfacer las necesidades específicas de cada planta, desde la flor ornamental hasta la planta frutal. Además, permiten una dosificación precisa de los nutrientes, reduciendo el riesgo de excesos o carencias que podrían comprometer la salud de las plantas.
Quienes deseen evitar los residuos también pueden utilizar la leche caducada en otros ámbitos. Se puede utilizar una solución diluida para limpiar las hojas de las plantas de interior, eliminar el polvo y darles más brillo. La leche también se utiliza en el hogar para limpiar artículos de cuero, cubiertos o como quitamanchas natural.