Casa rústica 320 m², Ses Salines

Esta excepcional propiedad, ubicada en el idílico pueblo de Ses Salines a tan solo 45km del aeropuerto, a 55 km de Palma y a pocos minutos de las mejores playas de la isla ubicadas en la zona sur-este de Mallorca. Sobre una parcela de 375m2 se emplazará esta exuberante vivienda de 320m2 edificada en dos alturas y que combina a la perfección la comodidad de un diseño moderno con la belleza del carácter mallorquín, apreciable claramente en la utilización de materiales como la madera y la piedra natura en los acabados tanto interiores como exteriores. En esta propiedad, se ha dado prioridad a los amplios espacios y la luz, perceptible todo ello, en la unión de la diáfana planta baja a través de los grandes ventanales con la asombrosa zona exterior de 230m2, con una increíble piscina climatizada de 10x4, el jardín, numerosas áreas de solárium, zona chill out y el comedor de verano. varias áreas de descanso. En la planta baja, se ubica la cocina abierta de alta gama con una isla central, seguida de un comedor y una sala de estar con chimenea, un aseo. El acceso a la planta primera y a la azotea se realizada a través de la escalera o el ascensor con el que cuenta la vivienda. En la primera planta encontramos 4 dormitorios, todos ellos con baño en suite, 3 de los cuales disponen de vistas al jardín y el dormitorio principal además cuenta con una terraza privada. En azotea destaca una terraza de 87 m2, una característica poco común en una casa adosada, que ofrece vistas a la iglesia de Ses Salines y a la zona que rodea la propiedad. Gracias a su diseño y a la excepcional zona exterior, se logra la sensación de estar en una casa en rústico, pero con todas las comodidades de vivir en pleno centro del pueblo. Convirtiéndolo en algo único como lo es una “finca de pueblo”. Dado a que está previsto iniciar la construcción a principios de 2024, aún existe la posibilidad de modificar y seleccionar muchos de los acabados por tal de adaptarlo a sus deseos y necesitades. Una oportunidad única de adquirir una “finca de pueblo” de la mano de un promotor de reconocida reputación y que ha consolidado su valor en este sector.