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El Capricho de Gaudí es una construcción que parece directamente sacada de un cuento de fantasía. Como si en cualquier momento un dragón fuera a sobrevolarlo, un duende fuese a salir de su ventana o un mundo nuevo esté a punto de abrirse al pasar por la puerta. Sin duda es una de las obras más originales de Antoni Gaudí (aunque, siendo justos, todas lo son) y también una de las primeras de su carrera.
Descubramos por qué Gaudí eligió situar El Capricho en Comillas (Cantabria) sus características y cómo es por dentro.
Detalles sorprendentes del Capricho de Gaudí en Comillas
Si observamos el Capricho de Gaudí de cerca, desde fuera, encontraremos los numerosos detalles que lo hacen especial y que destacan su estilo modernista:
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- Sus colores vivos, entre los que destacan el verde y el rojo, que dan la sensación de estar ante las escamas de un dragón.
- La torre o minarete que sobresale del edificio.
- Los bloques de cerámica de girasoles y hojas talladas que recubren su fachada y su torre.
- Su cornisa, forrada también con cerámica y girasoles.
- Las columnas con dinteles de piedra decorados, en un gris neutro que contrasta con el colorido y los acabados cerámicos del resto del exterior.
¿Por qué Gaudí se hizo El Capricho en Comillas?
En realidad, este edificio modernista es la Villa Quijano, encargada por Máximo Díaz de Quijano y es uno de los pocos trabajos que realizó Gaudí fuera de Cataluña, lugar en el que se concentra la mayor parte de su obra.
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Su construcción comenzó en 1883, etapa en la que el arquitecto estaba muy cercano al arte oriental, así como al arte islámico hispánico, lo que se deja notar en algunos puntos de su obra, como el minarete, los arcos o el ladrillo visto. Sin embargo, es difícil decir que se parezca a ninguna otra cosa o pueda encasillarse en un estilo cerrado.
El Capricho de Gaudí por dentro
En el interior, destacan los techos artesonados y los detalles de madera en cada rincón. En sus orígenes, el lugar estaba destinado a ser una vivienda unipersonal, de vacaciones, y sus tres plantas se distribuían de la siguiente forma:
- Un semisótano con la cocina, despensa y trasteros.
- Una planta que servía como residencia para la nobleza.
- Un bonito desván para el servicio, en el que llaman la atención sus bigas de madera entrecruzadas.
Un edificio que persigue al sol
Una peculiaridad interesante es que la distribución de las estancias estaba pensada para que recibieran luz natural en el momento de su uso. Es decir, que el sol entrara por la mañana en el salón, por ejemplo y al atardecer en las habitaciones o estancias que más se fueran a utilizar.
Cómo visitar el Capricho de Gaudí a día de hoy
Aunque, tras la Guerra Civil, el edificio estuvo abandonado durante muchos años, a día de hoy se ha convertido en un museo que merece la pena visitar, ya sea por fuera o por dentro, si visitas la provincia de Cantabria.
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El Capricho de Gaudí está abierto de 10:30 a 20:00 y la entrada general tiene un coste de 7€, aunque existen algunas reducciones.
Para llegar, tendrás que dirigirte al Barrio de Sobrellano, en Comillas.
¿Qué más lugares hay que ver en Comillas?
Comillas es una localidad sorprendente, bonita donde las haya, en la que El Capricho está rodeado de otros edificios igual de importantes e imponentes. Si la visitas, te recomendamos ver también:
- El Palacio de Sobrellano.
- La Universidad Pontificia.
- La fuente de los 3 caños.
- La Capilla Panteón de Sobrellano.
- El Monumento al Marqués de Comillas.
- El casco antiguo en general.
- La playa de Oyambre, si visitas Cantabria durante el periodo estival.