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Cuando, a principios del siglo XX, Guillermo Kahlo Kaufmann, padre de Frida Kahlo, construyó con sus propias manos lo que se convertiría en “la casa azul”, seguramente no podía imaginar que la vivienda que estaba edificando para él y su familia se convertiría un día en el hogar de dos famosos artistas y, más tarde, en una casa museo para rendir homenaje a la memoria de su hija Frida.
Efectivamente, en la delegación Coyoacán de la Ciudad de México, en la dirección Londres 247, Col. Del Carmen, se levanta la casa-museo donde Frida Kahlo vivió toda su vida, primero con su familia, luego con su pintor y esposo Diego Rivera y, finalmente, sola tras su separación.
Los muros azules
Además de las paredes azul cobalto escogidas por los propios Frida y Diego, la casa azul se caracteriza por varios patios, uno de los cuales alberga una pirámide escalonada en la que se exponen algunas de las obras de la colección de cerámica que perteneció a Diego Rivera, junto a un hermoso jardín tropical y una piscina.
El interior alberga ocho habitaciones y numerosos objetos que pertenecieron a los dos artistas. En el salón se pueden admirar algunas de las obras de Frida Kahlo, mientras que el dormitorio de Diego Rivera alberga los sombreros y monos que utilizaba mientras ponía en práctica su arte.
Emociona el estudio de Frida, donde el tiempo parece no haber pasado entre paletas, botes de pintura y el caballete que Nelson Rockefeller regaló a la artista. Llama la atención en la habitación el espejo que colocó la madre de Frida frente a la cama cuando su hija estuvo nueve meses postrada por un terrible accidente.
Fue en esta habitación y en estas circunstancias donde Frida empezó a pintar y, también en esa cama, falleció.
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Un lugar de cultura diseñado por Frida
Fueron los propios Frida y Diego quienes quisieron convertir su casa en un museo, en beneficio de todos los mexicanos. Así es como, a la muerte de la pintora, Diego, con la ayuda de su amigo y curador Carlos Pellicer, dio vida al museo.
Inaugurada en julio de 1958, la casa museo no sólo muestra a los visitantes las habitaciones donde vivieron los artistas y varias de sus obras, sino que también expone:
- Numerosas obras de arte popular.
- Esculturas precolombinas.
- Fotografías.
- Documentos.
- Libros y muebles que caracterizaron la casa e inspiraron a la propia Frida en sus creaciones.
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Información de interés
El museo puede visitarse por la mañana y por la tarde, de martes a domingo. Permanece cerrado los días 1 de enero, 1 de mayo, 16 de septiembre, 13 y 25 de diciembre.
La entrada a la casa azul de Frida Khalo también da acceso al Museo Anahuacalli: este espacio, que Rivera quiso que fuera un museo vivo, recoge más de 45.000 piezas, 2.000 de ellas en exposición permanente, de arte prehispánico.