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Cómo cultivar rúcula en el huerto
Hogar ecológico 17 octubre 2025

Cómo cultivar rúcula en el huerto


Aquí tienes una breve guía para cultivar la rúcula en el huerto: siembra, preparación del terreno y aspectos que no deben pasarse por alto.
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Silvia Sanchidrián

Responsable de comunicación en Indomio España

Utilizada desde la época de los antiguos romanos, la rúcula consigue aportar carácter a los platos en los que se añade; además, es una hortaliza con propiedades diuréticas y rica en nutrientes.

Sembrarla y hacerla crecer no es complicado, basta con seguir algunos pequeños consejos: descubramos cómo cultivar rúcula en el huerto.

Cuál es el mejor momento para sembrar la rúcula

El mejor momento para sembrar rúcula es en primavera, entre marzo y abril, y en otoño, entre septiembre y octubre. Sin embargo, en las zonas donde el clima es suave, la siembra puede realizarse durante todo el año. Las temperaturas ideales para sembrar rúcula están entre los 10 °C y los 25 °C.


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Si el clima local no es lo bastante templado, es necesario proteger la rúcula cubriéndola con mantas de tejido no tejido, lo que le permitirá crecer incluso con temperaturas más bajas. Para disponer siempre de un poco de rúcula fresca, lo ideal es sembrar cada dos semanas.

La preparación del terreno

Antes de sembrar, conviene remover la tierra y enriquecerla con compost. Traza surcos de unos 0,5 cm de profundidad y coloca las semillas de rúcula en fila, dejando una distancia de 2 a 3 centímetros entre cada una. Entre una fila y otra, deja un espacio de 10 a 15 centímetros.

A continuación, cubre ligeramente las semillas con tierra y riega con suavidad. Es importante mantener el terreno húmedo, pero sin excederse con el agua y evitando los encharcamientos. En el transcurso de aproximadamente una semana brotarán los primeros germinados y, en un mes o poco más, la rúcula estará lista para consumir.


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Cuidado de la rúcula: aspectos que no deben pasarse por alto

Una vez que hayan brotado, es necesario regar con frecuencia las plantas de rúcula para mantenerlas siempre húmedas, evitando, eso sí, dejar exceso de agua, ya que el estancamiento podría provocar la pudrición de las raíces. Un suelo rico favorece el buen desarrollo de la rúcula: utiliza compost o humus de lombriz una vez al mes o incluso cada tres semanas.

Enfermedades y plagas que pueden afectar a la rúcula

Al ser una planta de crecimiento rápido, la rúcula tiende a no verse afectada por las malas hierbas. Aun así, es recomendable realizar escardas periódicas para evitar la competencia con plantas no deseadas.

La rúcula es resistente, pero puede ser atacada por algunos parásitos y enfermedades fúngicas, como el mildiu. Vigílala con frecuencia y, si es necesario, aplica los tratamientos adecuados según el tipo de problema.

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