Responsable de comunicación en Indomio España
Cuando los niños crecen, ¿qué hacer con la cuna? Descubramos juntos muchas ideas para reciclar creativamente una cuna y transformarla en otro mueble aún funcional.
Cuando el niño es muy pequeño, antes de pasarlo a la clásica cuna de madera, se suele utilizar una cuna de mimbre o cuco, más pequeña y fácil de trasladar. En este caso, sin embargo, la duración del uso es muy corta, porque al cabo de unos meses el bebé ya ha crecido demasiado para caber en ella.
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Entonces, ¿qué hacer con una cuna de mimbre que aún está prácticamente nueva? Aquí tienes algunas ideas:
Al tratarse de una cesta, puedes reciclarla de diferentes maneras. Quítale la base y utilízala como cama para el perro o el gato de casa, añadiéndole un mullido cojín.
Si prefieres un uso más clásico, puedes convertirlo fácilmente en un cesto para la ropa sucia. También puede convertirse en una jardinera, ya sea dentro de casa o en el balcón.
La cuna de madera es una cuna que los niños utilizarán durante años, por lo que debe elegirse con cuidado, ser sólida y duradera. Si, llegado el momento de pasar a una cuna, no tienes a quién regalársela, consérvala dándole una nueva vida dentro de casa.
Quita una de las barandillas laterales del lado largo, sustituye el colchón por un cojín más firme y añade almohadas alrededor. Ahora la cuna se ha convertido en un cómodo sofá, que quizá pueda usarse en la habitación de los niños.
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Si no hay espacio en la habitación infantil porque lo necesitas para la cuna, traslada el sofá recién hecho al balcón, la terraza o el jardín.
La vieja cuna también puede convertirse en un práctico escritorio, perfecto para hacer los primeros deberes cuando los niños tengan edad para ir al colegio.
Es un trabajo muy sencillo que puedes hacer tú mismo si te aficionas al bricolaje o contratar a un artesano. Basta con retirar una barandilla del lado largo y quitar la tapa del colchón. En su lugar añadirás uno más alto que se convertirá en la balda superior del escritorio.
Si no te falta espacio, puedes convertir la cuna en una casita de juegos: quita la estantería, pon el colchón a ras de suelo y añade un tejado inclinado que puedes hacer fácilmente con dos planchas de contrachapado, que teñirás del mismo color que la cuna.
Será un refugio mágico para los pequeños de la casa y sus juguetes.
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Desmonta la cuna, conservando sólo los laterales con los barrotes: se convertirán en la estructura de una pequeña librería. Une dos de ellos en paralelo añadiendo las baldas y listo.
Los capazos también pueden servir para muchos otros usos creativos. Colgándolos o apoyándolos contra una pared, pueden convertirse en revisteros, refugios para plantas -tanto de interior como de exterior- o soportes para plantas trepadoras.
Si te aficionas al bricolaje, también pueden convertirse en prácticos portaherramientas de pared.