
Responsable de comunicación en Indomio España
Si te gusta tener la casa llena de plantas que además sean fáciles de cuidar, las plantas siempre verdes, de hoja perenne, son una opción a tener en cuenta. Por lo general, no requieren demasiados cuidados, permiten tener rincones llenos de color durante todo el año y se adaptan fácilmente tanto a ambientes abiertos como cerrados.
A pesar de estas características, cada planta tiene unos pequeños requisitos que deben cumplirse para conseguir un crecimiento sano y exuberante. Descubramos cómo cuidar tres plantas de hoja perenne perfectas para decorar casas y balcones.
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La Aralia, nombre común de la Fatsia japonica, es una de las plantas de hoja perenne que se caracteriza por sus hojas anchas y brillantes, divididas en unos siete lóbulos anchos en la base y agudos en la punta, dispuestos en forma de abanico. Esta planta es perfecta para cultivarla tanto en interior como en un balcón, siempre que esté resguardada y a la sombra: la luz directa, de hecho, podría dañar las hojas de la Aralia.
Prefiere los climas templados y puede tolerar temperaturas mínimas de hasta 2-4°C, por lo que es aconsejable protegerla en caso de que la temperatura descienda por debajo de los 5°C. En cuanto al riego de la Fatsia, basta con mantener una rutina regular durante los meses cálidos, asegurándose de que no se produzcan encharcamientos.
Perteneciente a la familia de las Hamameliadáceas, esta planta siempre verde se caracteriza por su follaje oscuro teñido de púrpura y una floración característica con flores delicadas y fragantes en forma de cinta.
Como el Loropetalum es muy resistente al frío y también al sol, y su clima no es demasiado seco, es una elección perfecta para decorar balcones y terrazas sin tener que preocuparse demasiado por las temperaturas invernales.
Para aprovechar al máximo el color de las hojas de la flor, basta con colocarla en un lugar expuesto a la luz solar durante al menos medio día.
El Viburnum tinus es un arbusto perennifolio de la familia de las Caprifoliáceas con hojas redondeadas, ovaladas, de color verde oscuro y textura carnosa. Este tipo de follaje hace que la planta sea muy densa y compacta durante todo el año.
El Viburnum tinus prefiere una posición con mucha luz solar y ofrece una floración fragante a finales de otoño.
Preparándose para la eflorescencia, el follaje se tiñe de tres colores diferentes, todos magníficos:
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