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Ashgabat, la capital de Turkmenistán, se alza como un oasis blanco en el corazón del desierto de Karakum. Con más de 4,5 millones de metros cuadrados de mármol de Carrara, ostenta el título de ciudad con mayor densidad mundial de edificios revestidos de esta roca metamórfica, lo que le ha valido el sobrenombre de «la ciudad blanca».
Sin embargo, tras este esplendor arquitectónico se esconde una historia compleja y un presente lleno de contrastes. Descubrámoslo juntos.
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La historia de Ashgabat es relativamente reciente en comparación con la de Turkmenistán, tierra de antiguos asentamientos que se remontan a 7.000 años antes de Cristo. Fundada en 1881, la ciudad se convirtió en capital de la República Socialista Soviética de Turkmenistán en 1924.
La independencia de Turkmenistán de la Unión Soviética en 1991 marcó el comienzo de una nueva era. La figura dominante fue el Presidente Saparmyrat Nyýazow, que exaltó el culto a la personalidad.
Ashgabat muestra hoy los signos tangibles del legado de Nyýazow. Las masivas obras de urbanización ordenadas por el presidente han cambiado la faz de la ciudad, creando un reluciente centro de mármol blanco.
Edificios gubernamentales, museos, monumentos e incluso calles principales están cubiertos de losas de mármol de Carrara, que dan a Ashgabat un aspecto suntuoso, casi irreal. Algunos de los edificios más emblemáticos son:
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A pesar de las opulentas apariencias, la realidad de Ashgabat es mucho más compleja. La mayoría de la población vive en suburbios alejados de los bulevares de mármol del centro, lo que crea una brecha tangible entre la fachada opulenta y la vida cotidiana.
Aunque no es fácil por la dificultad de obtener un visado, visitar Ashgabat significa sumergirse en un mundo lleno de contrastes y facetas. Admirando la monumental arquitectura de mármol, se respira la grandeza del diseño urbano y el legado del pasado. Al mismo tiempo, se percibe la complejidad de la realidad social y política del país.
Un viaje a Ashgabat es una experiencia insólita y fascinante, que permite descubrir una capital única, impregnada de misterio e historia.