
Colaboradora de Indomio.es/news
Las casas hechas con contenedores marítimos se están convirtiendo en una opción popular para quienes buscan viviendas sostenibles y económicas. En este artículo, exploraremos cómo se construyen, los costes involucrados y cómo es el diseño interior de las casas con contenedores, resolviendo algunas de las dudas más comunes sobre esta alternativa habitacional.
Las casas prefabricadas, hechas con contenedores marítimos, ofrecen ventajas frente a las construcciones tradicionales. Son sostenibles, reciclando materiales y ayudando a reducir residuos, lo que también mejora la eficiencia energética y ahorra en facturas de luz. Además, son rápidas de construir, lo que permite mudarse en solo tres a seis meses y a un costo más bajo. Su flexibilidad permite adaptarlas, apilarlas y personalizarlas según las necesidades de los propietarios. Además, su capacidad de reubicación las convierte en una opción ideal para quienes buscan soluciones temporales o móviles, algo que no es posible en viviendas tradicionales.
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Construir una casa con contenedores marítimos sigue varios pasos. Primero, se planifica el diseño según las necesidades del propietario, como habitaciones y distribución de espacios. Luego, se seleccionan materiales y aislamiento para garantizar comodidad, como lana de roca o espuma de poliuretano. También se eligen revestimientos interiores y exteriores, como pinturas específicas o paneles de madera y metal, y suelos de cerámica, laminados o vinilo, según el estilo deseado.
Después, se obtienen permisos según las normativas locales. Finalmente, se ensamblan los contenedores en el sitio, realizando los acabados y la instalación de servicios. Este proceso es rápido y eficiente, reduciendo residuos y optimizando tiempos.
El coste de una casa contenedor depende de varios factores, como el tamaño del contenedor, si es nuevo o usado, la personalización, y la ubicación. Por lo general, es un 30-50% más barato que una construcción tradicional, ya que reduce materiales y tiempo de mano de obra. En general, el coste de un contenedor puede oscilar entre 2.000 y 8.000 euros.
Sin embargo, al incluir costes adicionales como acabados interiores, instalaciones eléctricas y de fontanería, el precio total puede ser considerablemente mayor. Para ahorrar, se pueden usar contenedores usados, optar por un diseño modular o contratar empresas que gestionen los permisos. Estas opciones hacen que la inversión inicial sea más baja y el retorno sea más rápido.
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Las casas con contenedores aprovechan al máximo el espacio limitado con muebles multifuncionales, almacenamiento vertical y un diseño minimalista. Se prioriza la distribución inteligente, creando espacios abiertos entre cocina, comedor y sala para dar amplitud, y colocando habitaciones en los extremos para la privacidad. Los acabados juegan un papel clave, con suelos cálidos como madera, pinturas ecológicas y detalles decorativos como cuadros y estanterías que aportan un toque personal. Todo está pensado para hacer que cada metro cuadrado cuente y convertir un contenedor en un hogar cómodo y acogedor.