Cómo saber si hay una fuga de agua en casa y cómo repararla

Las fugas de agua en casa son un problema bastante común y a menudo subestimado. A primera vista, puede parecer una simple molestia, como un grifo que gotea o una mancha de humedad en el techo. Pero si se descuida, una fuga de agua en el hogar puede convertirse en una pesadilla: estructuras dañadas, humedad permanente, moho perjudicial para la salud y altos costes en la factura.

Y cuando la fuga es muy visible, el daño ya ha empezado. El verdadero riesgo proviene de esas fugas silenciosas, ocultas tras las paredes, bajo el suelo o en las instalaciones, que pueden actuar durante semanas antes de revelarse. Precisamente por eso, es crucial saber reconocer una fuga, localizar su origen y tratarla de la forma adecuada.

Pero, ¿qué herramientas se pueden utilizar para localizar una fuga invisible? ¿Cuáles son las causas más comunes? ¿Y qué soluciones existen para reparar sin romper paredes ni suelos?

Todo empieza por el diagnóstico: a continuación entenderemos cómo hacerlo.

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Las causas más comunes de las fugas de agua en el hogar

Entender a qué se debe una fuga de agua en el hogar es esencial para evitar que se repita. Algunos problemas son estructurales, otros están relacionados con la antigüedad de las instalaciones o con un mantenimiento deficiente.

Causas técnicas y estructurales

• Tuberías dañadas o corroídas, sobre todo en viviendas con sistemas anticuados.
• Juntas, accesorios y soldaduras desgastados, que a menudo se pasan por alto en las inspecciones periódicas.
• Tejados con filtraciones: grietas en el revestimiento, tejas que faltan o juntas desgastadas permiten que el agua penetre en las paredes.
• Desagües obstruidos o tuberías rotas, que provocan fugas repentinas de agua.

Cómo detectar una fuga de agua en casa: los métodos más eficaces

Detectar una fuga de agua en casa requiere observación, herramientas adecuadas y, en los casos más complejos, la intervención de un profesional. No todas las fugas son visibles a simple vista: algunas pueden permanecer ocultas durante mucho tiempo y causar daños profundos.

Herramientas técnicas utilizadas para localizar fugas

Los profesionales utilizan hoy en día tecnología avanzada para localizar fugas con rapidez y precisión.

Entre los métodos más populares se encuentran:

• Higrómetro: mide la humedad de una pared en distintos puntos; un valor alto localizado sugiere la presencia de una fuga cercana.
• Antorchas UV con trazadores: se añade agua con un tinte visible a los rayos ultravioleta; el líquido fluorescente resalta la ubicación exacta de la fuga.
• Gas trazador: se utiliza en sistemas de calefacción; el gas, una mezcla inocua de hidrógeno y nitrógeno, se introduce en la tubería para detectar fugas invisibles.
• Geófono: detecta sonidos de baja intensidad, como goteos en el interior de una tubería dañada.
• Videoinspección: una sonda con una microcámara explora el interior del sistema de agua.
• Termografía infrarroja: detecta cambios térmicos debidos a fugas de agua en el interior de estructuras.

Señales visuales y acústicas que no hay que subestimar

Además de los instrumentos profesionales, la observación directa también puede proporcionar pistas valiosas sobre la fuga de agua. Hay varias señales principales a las que prestar atención:

• Manchas oscuras, amarilleo o hinchazón en paredes y techos.
• Desprendimiento de yeso o aparición de moho.
• Goteo o siseo procedente de las paredes.
• Contador de agua que sigue funcionando incluso con todos los grifos cerrados.

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Fugas de agua en el baño o la cocina: qué comprobar antes de llamar al fontanero

Las zonas más propensas a las fugas son sin duda el baño, la cocina y el lavadero, ya que albergan la mayor parte de la fontanería doméstica. Antes de solicitar una intervención técnica, conviene realizar algunas comprobaciones sencillas.

Componentes a inspeccionar para un diagnóstico preliminar

• Grifos: comprueba si gotean incluso cuando están cerrados; revisa caños, pomos y juntas.
• Ducha y bañera: las juntas pueden desgastarse fácilmente.
• Desagües: si el agua fluye lentamente, puede haber una obstrucción o fuga en el desagüe.
• Inodoro: comprueba si hay agua en los laterales de la taza o si la cisterna sigue soltando agua.

Los electrodomésticos también pueden ser fuente de fugas. Las causas suelen ser juntas desgastadas, filtros obstruidos o tuberías desconectadas.

Electrodomésticos que hay que comprobar si hay fugas de agua

• Lavavajillas y lavadoras: comprueba las tuberías de entrada y salida, los filtros y las juntas. En el caso de los modelos modernos, comprueba si hay códigos de error en la pantalla.
• Calentador de agua: las fugas pueden deberse al grupo de seguridad, a una presión interna excesiva o a la corrosión del depósito.
• Caldera: si sospechas que hay una fuga, aumenta la presión a 1,5-2 bares y espera una hora. Si vuelve a bajar, es probable que haya una fuga interna.

Cómo reparar una fuga de agua

Una vez detectada la fuga, lo primero que hay que hacer es cerrar la llave general de paso. Después se puede pasar a la reparación, que hoy en día no implica necesariamente un trabajo invasivo.

Una de las soluciones más eficaces es el relining, una técnica avanzada que permite crear un nuevo revestimiento en el interior de las tuberías, sin tener que sustituirlas ni romper paredes y suelos. Esta solución es ideal para:

• Fugas de tuberías por debajo de la vía.
• Instalaciones anticuadas de difícil acceso.
• Viviendas en las que se quieren evitar trabajos invasivos de albañilería.

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Después de la reparación, es crucial:

• Comprobar si hay daños secundarios, por ejemplo en muebles, parqué o yeso.
• Aislar la zona afectada por la humedad, quizás con deshumidificadores o ventilación forzada.
• Comprobar si es necesario realizar obras: albañil para la renovación estructural, pintor para la pintura.