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Cómo proteger tu casa y tus electrodomésticos de las subidas de tensión
Gasto y Consumo 3 julio 2025

Cómo proteger tu casa y tus electrodomésticos de las subidas de tensión


Una subida de tensión puede dañar electrodomésticos y aparatos. Te explicamos cómo proteger tu hogar y qué dispositivos instalar.
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Silvia Sanchidrián

Responsable de comunicación en Indomio España

Las fluctuaciones de tensión pueden suponer un riesgo real para la seguridad de las instalaciones eléctricas y la vida útil de los electrodomésticos. Son variaciones anormales y repentinas de la electricidad que pueden causar daños económicos y de seguridad considerables. Conocer las causas, las señales y saber cómo proteger los propios aparatos de una subida de tensión es algo esencial.

Qué tipos de subidas de tensión existen

Al hablar de subidas de tensión, es importante distinguir entre repentinas y permanentes, dos fenómenos muy diferentes en cuanto a origen, duración y efectos.


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Subidas de tensión repentinas

Las sobretensiones repentinas son variaciones de tensión extremadamente rápidas e intensas, que se producen en pocos microsegundos o milisegundos. Están provocadas principalmente por descargas atmosféricas, como los rayos, o por maniobras bruscas en la red eléctrica, como la conexión o desconexión de máquinas industriales o transformadores. Los picos, que pueden alcanzar valores de miles de voltios, comprometen instantáneamente los circuitos electrónicos más delicados, como los de ordenadores, módems o dispositivos domóticos.

Para evitarlas, es aconsejable instalar descargadores de sobretensiones de tipo 1, específicamente diseñados para proteger la instalación de los efectos de los rayos, integrándolos con dispositivos de tipo 2 y 3 en cuadros secundarios y cerca de las tomas de corriente.

Subidas de tensión permanentes

El caso de las sobretensiones permanentes, también conocidas como sobretensiones de frecuencia de red, es diferente. Se trata de aumentos constantes de tensión por encima de los valores nominales, normalmente por encima de 253 voltios en una red doméstica de 230 V. A diferencia de las sobretensiones repentinas, éstas no duran milisegundos, sino varios minutos u horas, a menudo debido a fallos en la red pública, como la interrupción del conductor neutro o errores en la regulación del sistema.

Aunque menos espectaculares, las sobretensiones permanentes ponen a prueba el aislamiento de los equipos, provocando su sobrecalentamiento y reduciendo drásticamente su funcionalidad. En estos casos, además de los SPD de tipo 2, es útil instalar una protección permanente contra sobretensiones (POP), que puede desconectar automáticamente la línea en caso de tensiones anormales prolongadas.

¿Cuáles son las causas más comunes de las subidas de tensión?

Las causas más comunes son:

Las instalaciones domésticas anticuadas o con un sistema de puesta a tierra ausente o no conforme también son un factor de riesgo.

Cómo reconocer las subidas de tensión

Detectar una subida de tensión no siempre es fácil, aunque existen signos reveladores. Los más comunes son:

En otros casos, las subidas de tensión se manifiestan de forma más discreta, deteriorando lentamente los circuitos internos de los aparatos y reduciendo su eficacia hasta que acaban por averiarse.

Qué hacer en caso de subida de tensión

Lo primero que hay que hacer cuando se produce una sobretensión es desconectar la alimentación general a través del cuadro eléctrico. En caso de rayos o tormentas eléctricas, es útil desconectar físicamente los aparatos más sensibles, como ordenadores, televisores o módems. Si la sobretensión ha provocado daños en un aparato, es aconsejable evitar intentar encenderlo de nuevo y ponerse en contacto con un técnico especializado. En situaciones recurrentes, es aconsejable informar del problema al gestor energético para que compruebe la red o el sistema de la comunidad.

Qué daños puede causar una subida de tensión

Las subidas de tensión pueden causar daños graves y duraderos. En lo inmediato, una sobretensión puede quemar placas base, circuitos electrónicos y componentes sensibles (como los de ordenadores, televisores, módems y frigoríficos inteligentes), inutilizando los electrodomésticos. También hay efectos a largo plazo: las sobretensiones repetidas, aunque sean pequeñas, degradan progresivamente los circuitos, reduciendo la eficiencia y la vida útil de los aparatos. En presencia de un cableado obsoleto o una protección insuficiente, las sobretensiones pueden provocar cortocircuitos o el sobrecalentamiento del aislamiento, lo que a su vez aumenta el riesgo de incendio. Los enchufes, fusibles y disyuntores pueden fundirse y provocar cortes locales de electricidad.

Tampoco hay que subestimar los riesgos indirectos: pérdida de datos en dispositivos inteligentes, compromiso de los sistemas de seguridad (cámaras, alarmas) y posibles cortes de electricidad en equipos vitales como calderas o aparatos de refrigeración.


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Cómo proteger los electrodomésticos y el hogar de una sobretensión

Para proteger el hogar y los aparatos electrónicos de las sobretensiones, es esencial tomar contramedidas: la instalación de un dispositivo diferencial (interruptor diferencial), es la primera línea de defensa: interviene en caso de fallos eléctricos repentinos.

Un mayor nivel de protección se consigue instalando protectores contra sobretensiones, ya sea a la entrada del cuadro eléctrico o directamente en las tomas más delicadas (como televisores, ordenadores o frigoríficos inteligentes). Estos dispositivos, descargan los picos de tensión generados por los rayos o las conmutaciones bruscas a tierra, impidiendo que lleguen a los electrodomésticos.

Otra herramienta eficaz es el estabilizador de tensión, que mantiene la corriente constante a pesar de las fluctuaciones de la red. Ideal en zonas con inestabilidad eléctrica, puede utilizarse para aparatos individuales o para toda la instalación doméstica.

Cómo prevenir las subidas de tensión

La prevención siempre ha sido la mejor solución. La primera medida es revisar periódicamente la instalación eléctrica por un profesional para comprobar la eficacia de la toma de tierra. En el caso de instalaciones obsoletas, sustituir el cuadro eléctrico o los cables principales puede reducir mucho el riesgo.

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