Cómo aumentar el valor de una casa

El valor de una casa no solo depende de la superficie o de la ubicación geográfica, sino también de una combinación de factores que influyen en su funcionalidad, eficiencia y estética.

En general, la calidad de las instalaciones, la calificación energética, la distribución de los espacios y el estado de mantenimiento son elementos que afectan al precio.

Veamos cómo aumentar el valor de nuestra vivienda.

Eficiencia energética: las instalaciones modernas aumentan el valor de una casa

La eficiencia energética es uno de los principales criterios de valoración para quienes buscan casa. Un edificio con calificación A o B puede alcanzar precios superiores respecto a uno con calificación G.

Intervenciones como la sustitución de la caldera por modelos de condensación, la instalación de bombas de calor, paneles fotovoltaicos o solares térmicos y el aislamiento térmico mediante revestimiento exterior, no solo reducen el consumo, sino que aumentan el atractivo en el mercado.

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Ventanas y suelos nuevos

Los acabados interiores suelen ser determinantes en la percepción del valor de una vivienda. Suelos nuevos, puertas modernas y carpintería de calidad transmiten inmediatamente una sensación de cuidado y solidez.

El parquet, por ejemplo, sigue siendo una de las opciones más apreciadas, sobre todo en las zonas de día, mientras que el gres porcelánico y las resinas se prefieren por su resistencia en cocina y baño.

También la sustitución de persianas por sistemas motorizados o protecciones solares inteligentes mejora la habitabilidad y la sensación de confort.

Redistribuir los espacios interiores para mejorar la funcionalidad

Los espacios fluidos y luminosos cada vez se demandan más: redistribuir las estancias interiores, eliminando tabiques no estructurales o creando un espacio abierto entre cocina y salón, puede mejorar la funcionalidad y hacer que los espacios sean más aprovechables.

Asimismo, añadir un vestidor o un cuarto de lavandería independiente aumenta la practicidad y, por tanto, el valor de la casa.

Reformar baño y cocina

El baño y la cocina son los espacios que más influyen en la decisión de compra. Una cocina moderna, equipada con electrodomésticos de bajo consumo y encimeras resistentes, transmite una sensación de eficiencia y calidad.

El baño, por su parte, se percibe como un espacio de bienestar: sanitarios suspendidos, duchas tipo walk-in, iluminación LED y revestimientos contemporáneos aumentan el valor de una casa a nivel estético y funcional.

Pintar las paredes: intervención económica de alto rendimiento

Una simple pintura puede transformar radicalmente el aspecto de una vivienda; paredes frescas y limpias transmiten inmediatamente una sensación de orden y cuidado.

Los colores neutros (blanco, beige, gris claro) son ideales para potenciar la luminosidad y ampliar visualmente los espacios. También el uso de pinturas transpirables o antihumedad contribuye a mejorar la salubridad de los ambientes.

Aumentar la superficie habitable

Ampliar la superficie habitable, cumpliendo con la normativa vigente, representa una de las intervenciones más efectivas para incrementar el valor del inmueble. Recuperar un ático, cerrar una veranda o construir un altillo, siempre que lo permitan las normas urbanísticas, permite crear nuevas estancias para destinar a despacho, habitación infantil o zona de relax.

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Valorizar jardines, balcones y terrazas

Los espacios exteriores han adquirido un papel cada vez más central, sobre todo tras la pandemia, cuando el valor de disfrutar del aire libre se convirtió en un factor determinante para el bienestar. Una terraza cuidada, un balcón con flores o un pequeño jardín bien diseñado pueden marcar la diferencia.

Suelos resistentes, mobiliario de exterior, iluminación decorativa y zonas de sombra con pérgolas o toldos contribuyen a crear ambientes acogedores. Incluso intervenciones menores, como la sustitución de las barandillas o la pintura de los parapetos, mejoran el aspecto estético y la seguridad.

Domótica, la tecnología que aumenta el precio

La vivienda inteligente es ya una realidad consolidada. Los sistemas de domótica que permiten gestionar luces, calefacción, alarma y persianas de forma remota aumentan la comodidad y la eficiencia.

Incluso soluciones más sencillas, como termostatos inteligentes o asistentes de voz integrados, hacen que la vivienda sea más moderna y competitiva en el mercado.