Descubriendo el pueblo sumergido de Geamana, en Rumanía

En la parte noroeste de Rumanía se encuentra Geamana, o lo que queda de un pueblo sumergido casi por completo bajo un lago tóxico formado por los residuos industriales de una cercana mina de cobre.

La historia de Geamana es una de las más tristes y a la vez fascinantes de Rumanía. A continuación, toda la historia de este lugar sorprendente.

Dónde se encuentra Geamana

Geamana está situada en Rumanía, a los pies de los Montes Apuseni, a algo menos de 500 kilómetros de Bucarest. El pueblo formaba parte del municipio de Lupșa, una zona montañosa rica en minas y bosques.

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Hoy en día, el lugar está casi totalmente sumergido por un lago, pero su ubicación entre montañas sigue atrayendo a curiosos y fotógrafos de todo el mundo.

La historia de Geamana

Hasta la década de 1970, Geamana era un tranquilo pueblo de montaña en la región de Transilvania (donde se encuentra el famoso castillo de Drácula), habitado por alrededor de mil personas que vivían de la agricultura y la ganadería. Las casas, la iglesia y los campos se alzaban en un valle verde y fértil, a los pies de los Montes Apuseni.

Todo cambió en 1978, cuando durante el régimen comunista de Nicolae Ceaușescu se decidió explotar un gran yacimiento de cobre descubierto en la cercana localidad de Roșia Poieni. Para recoger los residuos tóxicos producidos por la extracción, fue necesario crear un enorme embalse de decantación, y el valle de Geamana fue elegido como el lugar ideal.

Los habitantes fueron obligados a abandonar sus hogares y a trasladarse a otras zonas, con la promesa de recibir nuevos terrenos e indemnizaciones que, en la mayoría de los casos, nunca llegaron.
Poco después, millones de toneladas de lodos y aguas contaminadas empezaron a bombearse hacia el valle, formando un lago artificial que acabó sumergiendo lentamente el pueblo.

El lago (tóxico) de Geamăna

Hoy en día, de Geamăna solo queda visible la torre de la iglesia, que sobresale entre las aguas teñidas de rojo y naranja, colores provocados por los metales pesados y los residuos mineros presentes en el lago. El nivel del agua sigue aumentando, y pronto también la torre, el último vestigio del pueblo, podría desaparecer.

Geamăna se ha convertido así en un símbolo poderoso: un paisaje surrealista que nos recuerda cuán frágil es el equilibrio entre el progreso y la naturaleza.

Visitar Geamăna

El pueblo sumergido, con la torre de la iglesia emergiendo de las aguas teñidas de rojo, naranja y verde, ofrece un espectáculo único en el mundo.

Sin embargo, en Geamăna no hay alojamientos ni rutas señalizadas, por lo que es importante ser muy prudente: el lago está formado por lodos tóxicos y aguas contaminadas, así que hay que acercarse demasiado ni tocar el agua.

Cómo llegar a Geamăna: consejos útiles

Como se ha mencionado, el pueblo sumergido se encuentra en el condado de Alba, en Transilvania, y el punto de referencia más cercano es el municipio de Lupșa, a unos 100 kilómetros de Cluj-Napoca o de Alba Iulia.

Desde allí se continúa en coche hacia la zona de la mina de Roșia Poieni, siguiendo carreteras secundarias de montaña que se convierten en caminos de tierra en los últimos kilómetros.

Se recomienda utilizar un todoterreno o un coche con buena tracción, llevar agua, calzado de montaña y ropa cómoda, y comprobar las condiciones meteorológicas antes de salir. No hay barreras ni senderos oficiales, por lo que es importante moverse con precaución.

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Pon atención a no acercarte demasiado a las orillas, ya que el terreno es inestable y los lodos son tóxicos.

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