Qué ver en la costa adriática: un itinerario de norte a sur

La Costa Adriática es un largo abrazo entre mar y tierra que se extiende de norte a sur. Una sucesión de paisajes encantadores, historia milenaria y tradiciones arraigadas en el corazón mismo de Italia. Un itinerario que parte de los áridos acantilados de Friuli Venezia Giulia y serpentea hasta las playas doradas de Apulia, atravesando regiones ricas en cultura, gastronomía y belleza natural. Cada parada es una oportunidad para sumergirse en una variedad de experiencias, desde elegantes ciudades costeras a antiguas ruinas romanas, desde reservas naturales a fascinantes pueblos medievales.

Con el mar siempre a mano, el Adriático, como un hilo que une el pasado con el presente, en un viaje sensorial a través de panoramas impresionantes, tradiciones milenarias y una cocina que cuenta historias de tierras y mares. ¿Estás listo para partir? He aquí lo que hay que ver a lo largo de este extraordinario litoral, para un viaje que fascina y conquista a cada paso.

Itinerario por la costa adriática

Laguna de Marano y costa de Friuli

El viaje por la costa adriática comienza en Trieste, con su encanto centroeuropeo y continúa hasta las animadas playas de Lignano Sabbiadoro. Si buscas tranquilidad, explora la laguna de Marano, un rincón natural entre Lignano y Grado, ideal para paseos a pie o en barco, donde podrás admirar los «casoni» de los pescadores. La laguna alberga reservas naturales, como la desembocadura del río Stella, que sólo puede visitarse por mar.

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Termina el día con un refresco en el encantador centro histórico de Marano Lagunare.

Chioggia y la costa del Véneto

Apodada la «pequeña Venecia» por sus pintorescos canales y tranquilas calles, Chioggia es una ciudad rica en historia, con orígenes romanos. Situada cerca de Venecia, ofrece un ambiente íntimo con casas de colores y lugares de interés como el Corso del Popolo, el Palazzo Comunale, la Iglesia de San Nicolò y la Torre dell’Orologio, que alberga un museo local. También merece la pena visitar la Catedral de Santa Maria Assunta, la Iglesia de San Martino y el mercado de pescado, una lonja tradicional.

Chioggia también conserva la tradición de la fabricación de encajes y las embarcaciones locales «bragozzi».

Comacchio y la costa de Romaña

Comacchio, pintoresco pueblo situado entre los ríos Po di Volano y Po di Comacchio, se encuentra en la laguna de la zona del mismo nombre, en la costa norte de Emilia-Romaña. Fundada sobre 13 islotes conectados por puentes, fue un importante puerto naval y punto de comercio en el mar Adriático.

En la actualidad, la ciudad conserva una arquitectura histórica y canales que evocan ambientes venecianos. Comacchio es también el corazón del Parque del Delta del Po, un espacio natural de extraordinaria belleza, perfecto si buscas una experiencia auténtica inmerso en la tranquilidad de las lagunas.

Ancona y la Riviera del Conero

Desde Romaña, la costa adriática se adentra en Las Marcas, donde las playas de arena dan paso a los acantilados del Monte Conero, los más altos de todo el litoral. El Parque del Conero, al que se llega fácilmente desde Ancona, es ideal para excursiones y días de mar más salvajes. Las playas de Numana, desde Numana Bassa hasta Numana Alta con su piscina natural, son imperdibles. Si buscas más tranquilidad, la Spiaggia dei Frati (Playa de los Frailes), a poca distancia, ofrece un rincón escondido y auténtico.

La playa de Punta Penna y la costa de los Abruzos

Entre Casalbordino y Vasto, en los Abruzos, se encuentra la playa de Punta Penna, una de las mejores de la costa adriática: larga y arenosa, está rodeada de dunas que albergan gaviotas y alguna que otra tortuga marina. El agua es cristalina y sólo hay que llevar lo imprescindible: toalla, sombrilla y crema solar.

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Termoli, las Tremiti y la costa de Molise

La costa de Molise tiene su joya en Termoli, un encantador pueblo costero con playas de ensueño. Desde aquí parten transbordadores hacia las islas Tremiti, un pequeño archipiélago en el Parque Nacional del Gargano, ¡un verdadero rincón del paraíso! Aunque en verano suelen estar tomadas por los turistas, las Tremiti ofrecen rincones apartados y pintorescos donde disfrutar del mar en soledad, con San Nicolas como isla principal.

El Gargano, la costa norte de Apulia

Conocido como el «espolón de Italia», el Gargano es una de las perlas de la costa adriática, con playas de arena. En dirección a la costa norte, encontrarás los lagos de Lesina y Varano. Si, por el contrario, prefieres impresionantes acantilados y calas escondidas, muévete hacia el sur.

Detente en animados centros turísticos desde Manfredonia hasta Vieste, pasando por Mattinata, Rodi Garganico y Peschici. No olvides visitar el interior, sobre todo San Giovanni Rotondo, la ciudad del Padre Pío, y Carpino, el corazón palpitante de la tarantela.

Bari, el talón de la costa adriática

Capital de Apulia y animado puerto marítimo, Bari combina historia, cultura y modernidad. Con su mezcla de tradición y dinamismo, es el corazón palpitante del sur, famosa por su vida nocturna, sus buenos restaurantes y sus animados habitantes. Aunque las playas son fácilmente accesibles desde el centro, dedica al menos un par de días al encanto de la vieja Bari, con su Basílica di San Nicola, y pasea por Via Sparano, el lugar comercial de la ciudad. Aquí podrás ir de compras, observar la vida cotidiana y disfrutar de un aperitivo al atardecer. Si tienes suerte, podrás asistir a una ópera o a un concierto en el magnífico Teatro Petruzzelli, recientemente renovado, uno de los más importantes del sur.

Salento, la costa sur de Apulia

El viaje termina en el legendario Salento, tierra amada por quienes buscan el mar cristalino y la tradición de la pizzica, que estalla cada verano con la famosa fiesta popular Notte della Taranta en Melpignano.

Como uno de los destinos turísticos más populares, si deseas alojarte en una característica masseria o relajarte en sus playas más renombradas, debes reservar tus vacaciones con antelación.

Para disfrutar de una experiencia más tranquila, te recomendamos visitarla en primavera u otoño: el clima suave te permitirá seguir disfrutando del mar y experimentarás la autenticidad de esta región sin aglomeraciones. No te pierdas Santa Maria di Leuca, donde se unen las aguas de los mares Adriático y Jónico, marcando el final de Italia y de la costa adriática.