
Colaboradora Externa de Indomio.es/news
Isla Mujeres tiene una historia fascinante que se remonta a la civilización maya, cuando era un santuario dedicado a la diosa Ixchel. En 1517, los españoles la descubrieron, iniciando una nueva etapa en su evolución. Con el tiempo, pasó de ser un refugio de piratas a convertirse en uno de los destinos turísticos más atractivos de México.
Durante siglos, Isla Mujeres fue un centro de culto a la diosa Ixchel, símbolo de la fertilidad y el amor. Las mujeres mayas peregrinaban hasta aquí para hacer ofrendas y rendir homenaje en este santuario sagrado. En 1517, el explorador Francisco Hernández de Córdoba llegó a la isla y encontró numerosas estatuillas femeninas, lo que llevó a los españoles a bautizarla como «Isla Mujeres«. Este encuentro marcó un punto de inflexión en su historia, iniciando una nueva etapa en la que la isla pasó de ser un refugio de piratas a convertirse en un destino turístico muy apetecible.
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Con la llegada de los europeos, Isla Mujeres se transformó en un refugio estratégico para piratas y comerciantes, gracias a su ubicación ideal en el Caribe. Uno de los personajes más conocidos de esta época fue Fermín Mundaca y Marecheaga, un comerciante que llegó en el siglo XIX y dejó una gran huella. Mundaca construyó la Hacienda Mundaca, un símbolo de su amor no correspondido por Martiniana Gómez Pantoja, una joven local. Su vida estuvo marcada por leyendas y tragedias, y murió en soledad debido a su desdicha amorosa. Hoy, las ruinas de su hacienda siguen siendo un recordatorio de un pasado lleno de pasión y misterio en Isla Mujeres.
La fundación de Dolores en 1850 marcó un hito en la historia de Isla Mujeres, nacida de la Guerra de Castas en Yucatán. Mayas y yucatecos se refugiaron en la isla, estableciendo un asentamiento de pescadores que impulsó la economía local con pesca artesanal y comercio. En 1867, Dolores fue reconocido oficialmente como pueblo, y en 1891 se convirtió en la cabecera del Partido de las Islas de Yucatán. Este reconocimiento consolidó su rol en la administración regional y sentó las bases para el crecimiento de Isla Mujeres dentro del estado de Quintana Roo.
En 1964, con la apertura del primer hotel en la zona, comenzó la era turística en Isla Mujeres, atrayendo a viajeros por sus playas paradisíacas y su ambiente tranquilo. El turismo creció con infraestructuras mejoradas, impulsado por el Parque Garrafón y Playa Norte, una de las mejores playas del mundo. La biodiversidad marina, con arrecifes de coral, convirtió al snorkel y al buceo en actividades populares. Desde 2005, las playas de la isla cuentan con la certificación Blue Flag, destacando el compromiso con la conservación ambiental y un turismo responsable.
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Isla Mujeres, a día de hoy, se ha convertido en un punto de encuentro que fusiona turismo, cultura y tradiciones. Con un legado histórico, la isla mantiene vivas sus raíces mientras enfrenta los retos contemporáneos de un destino turístico popular